domingo, 3 de enero de 2016

Aviso por no traicionar.

Podría decir que el 2015 ha sido mi año.
Y podría explicaros por qué,
pero creo que esto lo voy a dejar para más adelante.

Hoy sólo venía a deciros que a tan sólo tres días de comenzar un nuevo año,
vuelvo a dormir sola,
vuelvo a no soñar porque el silencio es demasiado grande a las tres de la madrugada.
Y... joder, vuelve el putísimo silencio y me hace trizas que suene tanto.
Me hace trizas y yo vuelvo a preguntarme quién será esta vez quien se ofrezca a pegar cada trocito de mi cuerpo.

A ti, que no te conozco, te pido por favor que no vengas nunca. Que no quiero más caricias, ni besos en la frente ni en la espalda; no quiero verte al otro lado de mi cama después de haber echo amor de una noche y no quiero pasar la noche en vela hablando de nada como si me importases. No quiero ir al cine o a cenar o a comer con tus padres un domingo al mes.
No quiero que me quieras, quiero que me quieras comer: a la primera señal que me indique que te estás enamorando, te voy a echar de mi vida.
El que avisa no es traidor, amor.
Y lo que yo quiero es una vida sin peligro de vacío, pero viviéndola siempre como si fuese a ser el puto último minuto.


lunes, 28 de diciembre de 2015

QUE LA DIFICULTAD TE HAGA MÁS BONITA LA ESCALADA.

Supongo que siempre se me ha dado mejor plasmar las palabras que pronunciarlas. Así al menos, pase lo que pase con nosotros, quedará constancia de que un día te escribí con la esperanza de que no fuese la última vez que lo hiciera.
Vengo a decirte que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos cuando no nos importa salvarnos. Que la vida también sigue sin nadie y que todos y cada uno de los momentos que dejas pasar son regalos que no vas a recuperar, porque has preferido quedarte quieto y no hacer nada y acostumbrarte a eso, es sinónimo de suicidarte. No puedes esperar a que venga la vida a cambiarte, porque no lo hará; pero no te preocupes, que a eso he venido yo. A darle un vuelco a tu corazón y a proclamarle la guerra a tus sentimientos, he venido a destrozarlo todo y a que tan sólo quede caos, porque será entonces cuando cada paso que adelantes te haya salido del corazón, y no de la razón.
Vengo a explicarte que “ahora” no va a volver, y sería una pena arrepentirte de lo que no hiciste porque preferiste quedarte último en tu lista de personas importantes. Que lo bonito siempre es subjetivo, y a mi me parece precioso escucharte reír, verte bailar, que me abraces y me des besos en la frente porque te da miedo acercarte a mi boca.
Que ayer cerré los ojos y nos imaginé de paraíso en paraíso; y con paraíso me refiero a cualquier lugar en el que te dejas ser tú mismo y yo pueda contemplarlo.
Vengo a decirte desde el corazón que ha sido una suerte encontrarte, aunque llevaras en mi vida mucho tiempo. Supongo que hay cosas que están tan cerca que ni siquiera puedes verlas. Así que te pido que para verme cierres los ojos, no vaya a ser que te encuentres tan ciego que ni siquiera sepas mirarme. Y cuando quieras un poquito de mi y yo no esté, siempre te queda la luna; y ojo, que esto sólo se lo digo a las personas realmente importantes, así que siéntete afortunado, que en mi lista estás de los primeros.
Vengo a pedirte que empieces de una puta vez a vivir tu vida en función de lo que tu cuerpo te pide, porque no vas a tener otra y lo que no disfrutes hoy, mañana ya será pasado. Se que estas palabras son típicas y las habrás escuchado mil veces, pero el sentido de estas cambia cuando te las dice alguien a quien aprecias.
Vengo a decirte que te quiero de una manera en la que no te he querido antes. Que quiero ir a la playa de noche, visitar Venecia, emborracharme en París, recorrer Cádiz, que vengas conmigo a un concierto de Marwan, leerte mis versos, desayunar comer y cenar en la cama... quiero una vida llena de emociones y dejar de lado la rutina, los modales, la buena presencia.Pero sobre todo vengo a decirte que quiero que quieras vivir una vida como esta.
¿TE VIENES?


P.D."He venido para arreglarte la vida, gilipollas."

jueves, 12 de noviembre de 2015

última de la última vez que me despido (de ti).

¿Cómo se le dice adiós a esa sensación que se metió tan profundo de tu piel sin ni siquiera pedir permiso?
¿Cómo desprenderse de algo que sientes tan tuyo que incluso le sacarías los dientes al primero que se le ocurriera arrebatártelo?
Decidme cuánto tiempo necesita un corazón para recomponerse de un suicidio sentimental...
Supongo, que si podéis entenderme, no sabréis qué contestarme. Pero joder, ¿qué cojones se supone que puedo hacer ahora que me he despedido hasta de la esperanza?
Creo que hoy, en este mismo instante, me despido también de las despedidas.
Me despido de quienes de quienes no pude hacerlo en su momento y también de quien vaya a escoger un camino diferente al mío.
Ahora sólo quiero a los de siempre, que siguen en presente y sé con certeza que no faltarán en futuro.

martes, 10 de noviembre de 2015

No llegues tarde, mi amor.

Te dejaré la luna encendida para cuando estés perdido y quieras volver.
Para cuando pienses " me cago en la puta o me doy prisa o la voy a perder ",
con tan sólo una diferencia con las veces que me has perdido ya: que esta será para siempre.
Aunque sé que dentro de un corazón magullado, descuidado y maltratado (por ti mismo) puedes encontrar la manera de seguir. y yo... bueno, yo confío en ti.
y lo sé porque tiene que pasar.
Porque tiene que llegar ese puto instante en el que algo cambie tan adentro de ti, que haga que te partas la cara por aquello que quieres.

Y por eso lo de dejarte la luna encendida, porque sé que llegará el momento, y necesitarás un poquito de luz.
Sólo espero que no llegues tarde.
No me gustaría que llegases y te encontrases las puertas cerradas,
o entreabiertas
pero sin nosotros dentro.
Sin nuestro olor, del que apenas me acuerdo, pero sé que aun perdura.
Sin nuestras ganas de mandar a la mierda el mundo porque lo único que queremos seguir haciendo(nos) es el amor.
No quiero que llames y ya no haya nadie al otro lado del teléfono.

Sólo quería que te quedases,
que no te marchases igual que todos los que dijeron que se quedarían.

Cuando tú me conociste ya estaba rota y quiero decirte que la última vez que me recuerdo entera, estaba entre tus brazos.
Teníamos el corazón desnudo, y hacía tiempo que nos habíamos quitado la ropa, tus manos recorrían mi cuerpo con la suavidad con la se mira un atardecer en primavera,
nos mirábamos y nos reíamos de todo lo que pretendía existir ahí fuera porque lo que salía de la ventana de tu habitación era mucho más fuerte que todo lo demás.

Te mentiría si te dijese que no estás presente en todos mis presentes.
Te mentiría si te dijese que el cielo de Madrid brilla más desde que no somos.
Y te mentiría
si te dijese
que tú...
ya no eres mi salvavidas.

domingo, 8 de noviembre de 2015

18 primeros años.

No importa cuánto corráis,
ni lo lejos que creáis que habéis llegado,
tampoco los sueños que hayáis cumplido, estéis cumpliendo o queráis cumplir.
El pasado siempre os acompañará agarrandoos fuerte de la mano y con los dedos bien entrelazados;
Por que... ¿qué es la vida si no eso? lazos formados; hechos y deshechos; nudos en las gargantas de quienes no tienen voz para gritar porque un día se lo prohibieron; desnudos entre corazones que sí conocen el significado de la palabra amor en toda su plenitud, y cuidado, que son pocos.
No importa que penséis que todo está olvidado... porque nunca lo está.
Me refiero a ese pasado que ahora es cicatriz después de tantos años habiendo sido herida,
herida que sangra
herida que supura
y herida que hiere.
Supongo que todo deja de ser presente para algún día ser sólo eso, pasado, cicatriz, recuerdo...
Decidme, vosotros que siempre tenéis respuesta para todo: ¿cuántos años más necesita mi cuerpo para empezar a serlo?

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Nie dam sie

En ocasiones me gustaría no necesitar escribir para sentirme un poco mejor. Un poco menos mal, mejor escrito. Hace años que un papel en blanco es mi mejor terapeuta y después de pensarlo (nunca dos veces) me he dicho: ¿por qué no? puede que sea hora de compartir dolores, de regalar flores y de que entendáis de una puta vez por qué soy quien soy.
Llamadme loca, victimista, extremista... o simplemente, no me llaméis. Las palabras son refugio de quien ha sufrido tanto que le siguen atormentando los recuerdos y estos cabrones tienen la capacidad de ser presente cuando les da la gana; los versos hogar de quien sólo ha tenido casa, y joder, qué triste no haber sentido el calor de un techo, una espalda o una caricia en la que hubieras querido quedarte a vivir tus siete vidas de gata.

Hablo de abrirte en canal y hurgar en todas esas heridas que a veces crees cicatrices.

Hablo de hablar dolor, para vomitar sufrimiento.

Pero también hablo de intentar magia, para lograr volar.

De enseñar los dientes, y sentirte carcajada.

Pasad, sin miedo; disfrutad, criticad, llorad, reír, destrozad. 
Pero ante todo,
siempre,
sentid.